miércoles, 21 de mayo de 2008

¿SOMOS UN PRODUCTO DE LAS CIRCUNSTANCIAS?

¿SOMOS UN PRODUCTO DE LAS CIRCUNSTANCIAS?

Todos estamos sometidos a las influencias del ambiente que nos rodea y todos tenemos la opción de aceptar esa situación y hundirnos en la miseria material y espiritual. Pero también disponemos de la otra opción: Negarnos a aceptar la miseria y reclamar nuestro divino derecho a ser seres llenos de Luz, amorosos, prósperos y alegres. ¡Es nuestro libre albedrío el decidir de qué plato queremos comer!

Hoy escogí unos párrafos de un cuento de Ray Bradbury que son un magnífico ejemplo de aquello de lo que estamos hablando (El País de Octubre, "El Enano". Ediciones Minotauro) y lo transcribo a continuación para que puedas apreciar un estado de negatividad de los que solemos vivir a menudo:

"... -¿Ralph?- Fue por el pasillo negro detrás de los espejos, taconeando sobre en piso de madera. -¿Ralph?
Alguien se movió perezosamente en el catre de lona.
-¿Aimee?
Ralph se sentó y enroscó una lámpara débil sobre la mesa del tocador.
Miró a Aimee, entornando los ojos.
-¡Eh! Pareces el gato que se comió al canario.
-Ralph, vine a hablarte del hombrecito.
-Del enano, querida Aimee, del enano. Un hombrecito nace así, pequeño. Un enano es cuestión de glándulas.
-¡Ralph! He descubierto algo maravilloso de ese hombre.
-Dios santo -dijo Ralph mirándose las manos, abriéndolas como testigos de su propia incredulidad-, ¡Esta mujer! Quién diablos da dos centavos por un horrible...
-¡Ralph! -Aimee le mostró las revistas. Le brillaban los ojos- ¡Es un escritor! ¡Piénsalo!
-Hace demasiado calor para pensar.
Ralph se tendió en el catre, y se quedó mirando a Aimee, sonriendo débilmente.
-Pasaba casualmente por Los Brazos del Ganges y lo vi al señor Greeley, el gerente. Me dijo que en el cuarto del señor Big la máquina suena toda la noche.
Ralph estalló en carcajadas.
-¿Se llama así?
-Escribe cuentos policiales, y eso le alcanza para vivir. Encontré uno de sus cuentos en el kiosco de revistas de segunda mano, ¿y sabes una cosa, Ralph?
-Estoy cansado, Aimee.
-Este hombrecito tiene un alma del tamaño del mundo. ¡No le falta nada en la cabeza!
-¿Por qué no escribe entonces para revistas importantes, eh?
-Quizá porque tiene miedo. Quizá porque no sabe que puede. Ocurre a menudo. La gente no cree en sí misma. Pero apuesto que si lo intentase podría venderle cuentos a cualquiera.
-¿Cómo no es rico?
-Quizá porque las ideas le vienen despacio, pues anda siempre deprimido. ¿Quién no lo estaría? Siendo tan pequeño. Apuesto que le cuesta pensar en otra cosa que eso de ser pequeño y vivir en una habitación barata..."

Bien, lo que se encuentra en cursiva, al final del texto, es lo quería remarcar. Es real que todos podemos dejarnos penetrar por las energías oscuras que muchas veces nos envuelven, pero también es cierto que tenemos la opción de dejar de lado la pesadumbre y buscar la Luz ¡Y encontrarla!
Alejandro