jueves, 6 de junio de 2013

Recibido en su correo por Norma -Tormenta Rítmica-

 Una pequeña niña fue a su habitación y sacó un frasco que estaba escondido en su armario.

 Esparció su contenido en el suelo y contó con cuidado. Tres veces, incluso.  
El total fue contado a la perfección. No había cabida a errores.

 Con cuidado regresó las monedas al frasco y cerrando la tapadera, ella salió sigilosamente por la puerta trasera y caminó 6 cuadras hasta la Farmacia de Rexall, que tenía un gran signo de jefe indio sobre la puerta.

 Ella esperó pacientemente a que el farmacéutico le prestara atención, pero estaba muy ocupado por el momento

Tere movió sus pies para que rechinaran sus zapatos. Nada. Se aclaró la garganta lo mas fuerte que pudo. No sirvió de nada, finalmente tomó 25 centavos del frasco y tocó en el mostrador de cristal. Con eso fue suficiente!

 'Y que es lo que quieres? ' le preguntó el farmacéutico con tono de disgusto en la voz. Estoy hablando con mi hermano que viene de Chicago y no lo he visto en años, le dijo el farmacéutico. Bueno, quiero hablarle acerca de mi hermano ' , Tere le contestó con el mismo tono de impaciencia. ' El está realmente muy, muy enfermo . . . y quiero comprar un milagro ' .
'Perdón ? ' dijo el farmacéutico.


'Su nombre es Andrés y algo malo ha estado creciendo en su cabeza y mi papi dice que solo un milagro puede salvarlo, ahora dime, cuanto cuesta un milagro.

 'Nosotros no vendemos milagros aquí, chiquita. Lo siento pero no puedo ayudarte ' , dijo el farmacéutico, con voz suave.
 Oye, tengo dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré lo que falte. solo dime cuanto cuesta '

 El hermano del farmacéutico que era un hombre muy bien vestido. Intervino y le preguntó a la niñita, ' Que clase de milagro necesita tu hermano? '

 'No sé, replicó Tere, con los ojos muy abiertos. Yo solo se que está muy enfermo y mami dice que necesita una operación. Pero mi papi no puede pagarla, por eso quiero usar mi dinero ' 'Cuánto tienes? ' , le preguntó el hombre de Chicago

 'Un dólar con diez y once centavos ' , contestó Tere, apenas audible. Y ese es todo el dinero que tengo, pero puedo conseguir mas si es necesario '

 'Bueno, que coincidencia ' , sonrió el hombre.
 'Un dólar y once centavos---el precio exacto de un milagro para los hermanitos ' .

 El tomó el dinero en sus manos y con la otra sostuvo su manita enguantada y dijo ' Llévame a donde vives. Quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres. Veamos si tengo el milagro que necesitas '

 Ese hombre bien vestido era el Dr. Carlton Armstrong, un cirujano especializado en neuro-cirujía. La operación fue completamente gratis y sin cargo alguno por su estancia en el hospital, hasta que Andrés regreso sano a casa.

 Mami y papi comentaron felices de la cadena de eventos que les trajo a todo esto.

 'Esa cirugía ' , susurraba su madre, ' fue un milagro real. Ya me imagino cuanto podría costar?

 Tere sonrió. Ella sabía exactamente cuanto cuesta un milagro. . . un dólar con once centavos. . .mas la fe de una chiquilla.

lunes, 3 de junio de 2013

Ejercicio Energético pleyadiano



Abre tu imaginación y viaja con nosotros. Respira unas cuan­tas veces profundamente y relájate. Imagina que formas par­te de un círculo de gente. Estáis todos asidos de las manos. De lo alto descienden luces blancas, doradas y de un fucsia brillante, formando una columna de luz. 
Visualiza ahora la Biblioteca Viviente, llena de incomparable vitalidad. Todo esta irradiando luz y nunca antes habías visto a la Tierra tan viva. 
Mantén esta imagen, sigue dentro del círculo, asi­do de las manos y, al mismo tiempo, permite que una parte tuya se salga de ti. Da, como individuo, un paso adelante hacia el centro de la columna de luz. Fúndete con la colum­na de luz y sigue nuestras instrucciones para que podamos llevarte a otro hogar, a las Pléyades. Deja que tu imagina­ción y tu confianza te eleven. Siente la levedad, la alegría, el anhelo y la profunda sensación de estar conectado.
Ahora, imagínate que estás en lo que para ti puedan ser las Pléyades. Observa, siente y reconoce. Haz un regalo, algo que suponga una deferencia, a la fuente que te creó. Lo más grande que puedas regalar es tu compasión y ésta supone tu habilidad de comprensión porque las cosas son como son. Esta compasión abre tu habilidad de ver y sentir el resultado de eones de tiempo. Pasillos se abrirán para ti, quitando el cerrojo a la mismísima verdad que pulsa dentro de cada célula de tu Ser. Regala lo que puedas y lo que quieras a este lugar que es tu hogar. Pide que se realice el cambio y que se cumpla una profecía. Reclama que las propias creaciones retomen a su creador para que él también sea liberado.
Centra tu atención en tu respiración, respira pausadamente y envía una vibración gozosa de superación, de liberación y de comprensión a este lugar que es tu hogar y el nuestro. Siente durante unos instantes lo que se te devuelve.

Imagínate ahora dentro de la palma de una mano de gran tamaño. Formas parte de un círculo de gente. Una enorme mano de las Pléyades te devuelve suavemente a la Tierra, a tu propio jardín y lo hace como si fueras la criatura más delicada y valiosa. 
Obsérvate cómo corres alegremente, cómo juegas como si fueras un niño. Tu vitalidad y la de la Tierra son más grandes que antes de empezar. Pon una sonrisa en tus labios y permite que las emociones y lágrimas de reconocimiento hagan su trabajo —que abran tu corazón a todos los reinos de todos los mundos— Lo que has conseguido en este momento de compasión lleva el sello del logro.

Tomado de: "Tierra -Las Claves Pleyadianas de la Biblioteca Viviente"