martes, 20 de noviembre de 2007

PEQUEÑOS VERSOS PARA NORAH


En estos días extraños de gritos, de furia,
de muerte estúpida por innecesaria,
en estos días de profunda pena,
pienso en vos y vuelvo a sentir
el placer de las pequeñas cosas
y de la vida que corre por mis venas

Sintiéndome cerca tuyo
fundiéndome con tu cuerpo,
me siento otra vez en casa
y vuelvo a saber que soy
el que te ha cuidado siempre
y el que te protege hoy

Alejandro

domingo, 18 de noviembre de 2007

FRENTE AL ESPEJO

Yo, que comí la cáscara
por no merecer la pulpa.
Yo, que le creí a la culpa
y me escondí tras su cáscara.

Yo, que me abofeteé y me dije
los más obsenos insultos,
que me negué a darme indultos
condenándome a estar triste.

Yo, que suicidé mi anhelo
para lograr ser querido.
Yo, que me enemisté conmigo,
truncando todos mis vuelos.

Yo, que me escupí en la cara,
abusador de mi mismo.
Yo, que complací al cinismo,
sobornando a quien me amara.

Yo: exigente y despiadado
con nadie como conmigo.
Yo: mi más cruento enemigo,
mi juez y mi sentenciado...

Me levanté esta mañana
cansado de no quererme,
de apagarme, oscurecerme
(que mi luz no encandilara)

Vi en el espejo mis ojos
mirándome en mi mirada,
tantas veces empañada
por mirarme con enojo.

Y me di ternura. Y vi,
en ese rostro cansado
que me observaba extrañado,
lo bello de lo que fui:

Me vi ante los que han sufrido
amparando el desamparo.
Me vi austero, pero honrado.
Me vi noble. Me vi erguido.

Me vi venciendo al Abismo
sin mancha ni cicatriz.
Y quise hacerme feliz
honrando que soy yo mismo.

Que soy franco, solidario.
Que soy leal y confiable
y que cuando envainé mi sable
aposté a lo humanitario.

Sin autocompasión malsana,
fui piadoso ante mi pena
y levanté mi condena
como el que amando se ama.

Aprecié que, pese a todo,
pese al error y al acierto,
siempre elegí estar despierto
sin sumergirme en el lodo.

Y mirando mi mirada
me pedí perdón, llorando.
Y de mirarme mirando
amé a ese a quien miraba.

Quiero empezar a regarme,
jardinero de mí mismo,
porque no es egocentrismo
abrir mi esencia y mostrarme.

Vine a Ser. Y eso decido.
Dispongo abrirme a la Vida.
Ya basta de tanta herida,
siendo heridor y el herido.

Por todo lo que viví,
a partir de este momento
cuento conmigo, pues siento
que puedo Confiar en Mí.

Virginia Gawel