lunes, 21 de enero de 2008

EL ENOJO

Hoy quiero regalarme y regalarte el sabor dulce de un poema de Héctor Gagliardi, que nos cuenta de las cosas tuyas y mías de todos los dias:

La pelea fue por nada.
Cosas de todos los días.
¡De tanto que se querían
hacían chiquilinadas!
Él le clavó la mirada
a una chica que pasó...
y ella, que lo pescó,
empezó con la “cantada”...

Caminaron sin hablar,
se despidieron de “usted”
y él se fue para el café
taconeando al caminar...
Entró a jugar al billar
y pifió una carambola
de aquellas “que se hacen solas”.
No estaba para jugar...

Y así se perdió un partido
que lo tenía “robado”
y así revolvió el “cortado”
sin azúcar, distraído,
porque notó sorprendido
que Orgullo “se iba quedando”
y por “adentro cargando”
la “fija” de arrepentido.

Ella se la desquitó
con la hermanita menor
y le sacó el prendedor
que hace un mes le regaló;
con la rabia “ni escuchó
la novela por la radio”
y maldijo hasta al Balneario
porque allí lo conoció...

La madre, que ya sabía
cuando andaba “con los nueve”,
oía como quien llueve
lo que ella le decía.
Y al verla que deshacía
el saco que le tejió,
por lo bajo murmuró:
“¡El trabajo de seis días!...”

Cada uno por su lado
se adjudica la razón
y es el pobre corazón
el que sufre atormentado.
Aunque nadie me ha llamado
a meterme de pantalla,
sé un recurso que no falla
para unir enamorados...

Yo que él le pediría
“que me devuelva las cosas”,
las fotos... y aquella rosa
que de la reja salía...
Que la espina que tenía,
en un dedo se clavó
y a escondidas se chupó
la sangre que le salía...

Es un remedio clavado;
infalible solución:
después de la discusión
están “requetamigados...”
Él, caminando a su lado,
le cederá la pared
y, aprovechando un traspié,
del brazo la habrá tomado...

Ya resuelta la manera
de concluir con el suplicio,
rubricará el armisticio
una luna arrabalera
y al irse por la vereda
formando una sola sombra...
un perro le hará... la ronda
a un arbolito cualquiera...

Héctor Gagliardi

SOBRE LOS CAMBIOS CLIMÁTICOS

Ante todo, disculpas por el atraso. Estuve de viaje por estas fiestas pasadas y no he tenido tiempo de dedicarme al blog. Ahora estoy de regreso y ya pongo nuevo material. Los saludo afectuosamente.

Hoy voy a comentar un viejo artículo publicado en “Selecciones” del mes de junio de 1955 (Pág. 50) que se refiere al cambio climático que tanto nos preocupa y que todos sentimos. Por no transcribir el artículo completo, me tomé la libertad de extractar los párrafos que –a mi entender- son los más interesantes:

Habrá algunos cambios” (condensado de Time)

Según el doctor Svend Frederiksen, oriundo de Groenlandia y miembro del Instituto Ártico de Washington, ya es hora de que nos demos cuenta de los cambios que se están operando en el clima del mundo. Desde hace más de 50 años, dice el citado sabio, el clima del Ártico viene tornándose más cálido, haciendo posible la agricultura donde no ha sido practicada en los tiempos modernos...”
“...El cambio de clima es lento y nada espectacular, pero el Dr. Frederiksen opina que ya es hora de que los gobiernos vayan trazando planes con vistas a un futuro más cálido. El cambio afectará la economía de las naciones, la salud de sus habitantes y la política mundial. Ya estamos –dice- en medio de ese período de transición.”

De resultas de este artículo me vengo a enterar que el problema del calentamiento global ya estaba siendo advertido por los investigadores desde unos 50 años antes de 1955, algo así como 1905. Y es posible que aún antes, sólo que no poseo información para afirmarlo.
No es mi interés discutir acerca de si se ha tomado conciencia real del problema. Tampoco pretendo teorizar acerca de si el mismo se debe realmente a las emisiones de los autos, las industrias y los aerosoles o si responde a una multiplicidad de causas (el cinturón de fotones, una nueva edad del hielo, etc. etc.) Solo quería mostrarte desde cuando nuestros gobiernos conocen el problema o –dicho de otra manera- desde cuando no se hace nada.
Un abrazo, Alejandro