Abre tu imaginación y viaja con nosotros.
Respira unas cuantas veces profundamente y relájate. Imagina que formas parte
de un círculo de gente. Estáis todos asidos de las manos. De lo alto descienden
luces blancas, doradas y de un fucsia brillante, formando una columna de luz.
Visualiza ahora la
Biblioteca Viviente , llena de incomparable vitalidad. Todo
esta irradiando luz y nunca antes habías visto a la Tierra tan viva.
Mantén
esta imagen, sigue dentro del círculo, asido de las manos y, al mismo tiempo,
permite que una parte tuya se salga de ti. Da, como individuo, un paso adelante
hacia el centro de la columna de luz. Fúndete con la columna de luz y sigue
nuestras instrucciones para que podamos llevarte a otro hogar, a las Pléyades.
Deja que tu imaginación y tu confianza te eleven. Siente la levedad, la
alegría, el anhelo y la profunda sensación de estar conectado.
Ahora, imagínate que estás en lo que para
ti puedan ser las Pléyades. Observa, siente y reconoce. Haz un regalo, algo que
suponga una deferencia, a la fuente que te creó. Lo más grande que puedas
regalar es tu compasión y ésta supone tu habilidad de comprensión porque las
cosas son como son. Esta compasión abre tu habilidad de ver y sentir el
resultado de eones de tiempo. Pasillos se abrirán para ti, quitando el cerrojo
a la mismísima verdad que pulsa dentro de cada célula de tu Ser. Regala lo que
puedas y lo que quieras a este lugar que es tu hogar. Pide que se realice el
cambio y que se cumpla una profecía. Reclama que las propias creaciones retomen
a su creador para que él también sea liberado.
Centra tu atención en tu respiración,
respira pausadamente y envía una vibración gozosa de superación, de liberación
y de comprensión a este lugar que es tu hogar y el nuestro. Siente durante unos
instantes lo que se te devuelve.
Imagínate ahora dentro de la palma de una
mano de gran tamaño. Formas parte de un círculo de gente. Una enorme mano de
las Pléyades te devuelve suavemente a la Tierra , a tu propio jardín y lo hace como si
fueras la criatura más delicada y valiosa.
Obsérvate cómo corres alegremente,
cómo juegas como si fueras un niño. Tu vitalidad y la de la Tierra son más grandes que
antes de empezar. Pon una sonrisa en tus labios y permite que las emociones y
lágrimas de reconocimiento hagan su trabajo —que abran tu corazón a todos los
reinos de todos los mundos— Lo que has conseguido en este momento de compasión
lleva el sello del logro.
Tomado de: "Tierra -Las Claves Pleyadianas de la Biblioteca Viviente"
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