Me enseñaron a avergonzarme de mi cuerpo, de mis actos,
de mis pensamientos.
Me enseñaron que lo que pienso es absurdo, que lo que hago es ridículo,
que lo que deseo es sucio.
Y aprendí a no decir lo que pensaba, por vergüenza de que alguien
a mi alrededor pensara algo mejor.
Y aprendí a no hacer lo que me apetecía, por vergüenza de que alguien
a mi alrededor creyera que era inoportuno.
Y aprendí a no perseguir lo que deseaba, por vergüenza de que alguien
a mi alrededor opinara que era inapropiado.
No contenta con someterme a la mirada externa,
me plegué también a la vergüenza ajena.
Y aprendí a preguntarle a la vergüenza cómo vestirme,
no vaya a ser que alguien pensara que voy buscando gustar, destacar.
Y aprendí a escuchar a la vergüenza al desnudarme,
no vaya a ser que me sintiera cómoda en mi cuerpo,
y me acostumbrara a enseñar(me)lo sin miedo.
Y aprendí a consultar con la vergüenza antes de abrir la boca,
no vaya a ser que dijera sin filtro lo que me pasa por la cabeza,
y se enterara la gente.
Y dejé de bailar, de reír a carcajadas, de rascarme el culo,
de preguntar lo que no entiendo, de opinar lo que pienso,
de compartir lo que siento, de pedir ayuda, de ponerme faldas, de ir a la playa,
de comer o llorar en la calle, de ir sin sujetador, de pintarme, de salir sin pintar,
de bajar a la calle despeinada, de usar esa ropa que dicen que no me pega nada,
de llamar a quien echo de menos, de tomar la iniciativa, de decir que no,
de decir que sí, de quejarme, de vanagloriarme, de estar orgullosa, de admitir que estoy asustada.
Y, a base de sentirme cada día más avergonzada,
entendí que mi vergüenza nunca iba a sentirse saciada.
Que toda la vida iba a imponerse entre yo y mi representante impostada.
Así que busqué a mi sinvergüenza interna.
Y le costó salir un poco, le daba vergüenza.
Pero acabó sacándome a bailar, haciéndome dúo al cantar,
saliendo conmigo a la calle con la cara sin lavar, animándome a hablar,
a ignorar las cosas que me deberían avergonzar...
Y ahora no tengo tiempo para sentir vergüenza.
Estoy ocupada viviendo.
Fuente: http://www.faktorialila.com
|
Publica aquí tu trabajo. Nadie te juzga ni te premia... pero todos te pueden leer.
martes, 25 de febrero de 2014
"Me Enseñaron la Vergüenza"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario