viernes, 22 de febrero de 2008

EL ÁRBOL DE LOS DESEOS

Una vez un viajero entró al paraíso por error. (En el concepto indio del paraíso, hay árboles que conceden los deseos. Simplemente te sientas debajo de uno de esos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple. No hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento)

El hombre estaba cansado, de manera que se durmió debajo de un árbol dador de deseos. Cuando despertó sintió hambre y dijo: "¡Tengo tanta hambre! Ojalá tuviera algo para comer". Inmediatamente apareció la comida, de la nada, simplemente flotando en el aire, y era una comida deliciosa. El viajero estaba tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había llegado la comida. ¡Cuando tienes hambre no estás para filosofías! Simplemente comenzó a comer y la comida estaba deliciosa.

Cuando su hambre estuvo saciada miró a su alrededor. Ahora se sentía satisfecho, y otro pensamiento surgió en él: "¡Si tan sólo pudiera tomar algo!" Y como aún no había prohibiciones en el paraíso, apareció inmediatamente un vino estupendo.

Mientras bebía tranquilamente el vino y sentía la fresca y suave brisa que soplaba a la sombra del árbol, comenzó a preguntarse: "¿Qué está pasando? Hay fantasmas que están jugándome una broma"
Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: "¡Seguro que me matan!"

Y los fantasmas lo mataron.

Este relato, que nos llega desde la India, es una parábola de gran significación. Tu mente es un árbol dador de deseos: Lo que piensas, tarde o temprano, se verá cumplido. ¡Piensa el bien para recibir el bien!
Alejandro

1 comentario:

artistalight dijo...

Hola :) que interesante este relato, gracias por compartirlo, en realidad buscaba un árbol de los deseos para una actividad en una exposición, quería que las personas pudieran dibujar lo que quisieran en una hojita y despues colgarla de la rama, he buscado y no encuentro cómo hacerlo bien, pero me dió la oportunidad de leer esto :9 gracias